
¿cómo está tu corazón?
Salmos 51: 10 “Crea en mí, oh Dios un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi” El profeta Jeremías, expreso “engañoso es el corazón mas que todas las cosas. ¿Quién lo conocerá?” Y el salmista David, exclamo por ayuda a Jehová cuando se dio cuenta de la condición de su corazón, es importante darnos cuentas de nuestra propia condición interna, es necesario revisar continuamente que esta abrazando nuestro corazón. ¿Por qué?, porque solo así nos daremos cuenta de

Hagamos Nuestra parte y Dios hara la suya.
Gálatas 5:16-26. En esos versículos, Dios aclara por medio de la escritura que es difícil complacerlo y agradarlo a el si insistimos en complacer a nuestra carne. Nadie podrá jamás obtener los frutos del Espíritu alimentando la carne, definitivamente Dios tiene mucho poder para hacer trasformaciones en nuestras vidas, pero debes tener presente que hay cosas que Dios puede hacer y lo ara en ti, pero hay otras cosas que deberás tu hacer. Si nosotros no hacemos nuestra parte ech

¡LOS CRISTIANOS QUE SON UNA ENSALADA, DE CARNE Y FRUTOS!
gálatas 5:25 “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. Definitivamente, no. los verdaderos hijos de Dios que nacen verdaderamente del agua y del espíritu no pueden vivir en términos medios y contradictorios, la que sucede es que algunos nacen solamente del agua al cumplir con algunos sacramentos cristianos y ante la congregación parecen verdaderos cristianos; pero no son mas que “sisana parecida al trigo, pero originalmente y verdaderamente son sisana.” ¿

¿SERA POSIBLE RECOGER UVAS DE LAS ESPINAS?
Gálatas 6:7-8” No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”. ¿será que podemos sembrar una cosa y que resulte otra? ¿será que si siembro para la carne tendré como resultado el cielo? ¿Sera que alguien podría engañar a Dios? Aunque parezcan una preguntas obvias de responder, la realidad