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¡Cuídate de ti mismo!



1 Timoteo 4:16 “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”

Ante el peligro de enfocarnos en los demás podemos tendemos a desenfocarnos de nosotros mismos y de pecar contra Dios, Pablo exhorta a Timoteo a cuidarse de si mismo y de persistir en la doctrina; pero cuantas veces nuestro corazón es tentado a persistir en algo que no es nuestra incumbencia, aun peleo con mi corazón engañoso porque a veces quiere hacerme hacer lo que solo Dios puede hacer, como juzgar a los demás según mi juicio y criterio. Muchas veces en mi mundo y en mi carácter no caben actitudes de otras personas, simplemente no entiendo la lentitud el poco avance, la lloradera de cosas pasadas y parece que eso me molesta y así somos, muchas veces criticamos por nuestra condición a los demás, y decimos y otra vez a lo mismo ya pasen ese capítulo, pero se nos olvida que cada uno es individuo, y que Dios lleva a cada uno de acuerdo con su forma de ser.

Es necesario aprender a llevar todo sentimiento y pensamiento cautivo a los pies de Cristo y de la cruz, debemos cuidarnos de nosotros mismos porque aun no somos producto terminado, nuestras criticas o comentarios deben ser de buena intención para la edificación y sanos, aprendamos a dar la cara a halar de frente y si consideramos que alguien está mal agámoslo saber en amor y humildad, porque por no tener cuidado de nosotros mismos podemos matar, a veces damos palabras carnales y basadas en corajes nada santos y con eso matamos y no edificamos.

Hay una solo cosa en la que debemos persistir y es e la doctrina , en la palabra, cada pensamiento expongámoslo una y otra vez delante de Dios, especialmente si es acerca de otra persona, porque ahí es que somos especialista no en nuestra misma persona, cuando tenemos cuidado de nosotros mismos entonces aseguraremos la salvación de nosotros mismos y de los que nos oyen, ellos estarán a salvo de nuestro descuido espiritual y carnal, la carne si te descuidas le quita el lugar al Espíritu, necesitamos discernimiento para saber quien habla en nosotros, si el Espíritu o la carne, cuando nos descuidamos de nosotros mismos la carne no pierde oportunidad y peor si eres de las personas que poco lugar le da para que ella se exprese, acordémonos que estos dos seres viven en nosotros y que no podemos escaparnos de ninguno de ellos, también no olvidemos que la carne es seducida por el diablo y si no la sometemos al Espíritu ella se ensancha y puede hablar en nombre de Dios, sin ser así.

Como dijo Pablo “miserables de nosotros, quien nos podrá ayudar a escapar de este cuerpo de muerte, pero gracias a Dios por Jesucristo que nos da la victoria”, mas aun así debemos vigilar de nosotros mismos, para que nuestras palabras sean medicina y no veneno, vida y no muerte, ya no le prestemos el micrófono ni el pulpito de nuestro corazón a la carne, sujetémosla porque todos podemos ser victima de ella si no tenemos cuidado de nosotros mismos, y de lo que sale de nosotros ya que no es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre si no lo que sale. bendiciones familia comparte con alguien y bendiciones a todos.

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