Isaías 46:10” que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: “Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré.”
Improvisar y hacer algo espontaneo sin planeación, y que salga bien; es considerado un arte mental o artístico que muchos admiran y muy pocos tienen. Quien a menudo nunca planea nada se pasa toda la vida improvisando, pues no se proyecta hacia el futuro pero es de alguna manera admirable que a alguien le salgan perfectas las cosas sin tener un plan a seguir, pero no deja de ser de igual manera muy riesgoso, lo admirable de los improvisadores es que todo sale naturalmente sin esforzarse y les sale casi perfecto. No dudo que Dios podría ser insuperable en improvisaciones, mas su atributo de omnisciencia (conocimiento absoluto del pasado, presente y futuro) no le permiten ser un improvisador, su nombre PRINCIPIO Y FIN; no lo dejan improvisar ni ser un Dios improvisador.
¿Por qué improvisamos nosotros?
Esa es nuestra realidad y en esa realidad caemos en la trampa de cuidar del día , de jactamos del mañana cuando según proverbios el día se cuida solo porque el Dios que lo hace también cuidad de él, y cuido desde el día que dijo:” sea la claridad conocida como día y la oscuridad noche”, así que nuestra tarea seria: no cuidar del día sino, de que hacemos con ese día y en cada día mientras nos enfocamos en el Dios que tiene control absoluto , poder absoluto y conocimiento absoluto de todo y así dejar de ser obligados a ser improvisadores, improvisar en la vida natural es natural , pero en lo espiritual definitivamente no deberíamos hacerlo. Pero tristemente muchas veces también en el ministerio, en los altares y a la hora de la ministración hay gente irresponsable improvisando y todo por no cerrar la puerta, días y horas a solas con el Dios que no improvisa en nuestras habitaciones, por eso quedamos en evidencia y dejamos claro que no ponemos el oído en el cielo y los ojos en la revelación de los misterios de Dios, que solo se reciben a solas con Dios en largas horas de oración.
Dios no improvisa, y no llamo a nadie al ministerio a improvisar, ni Jesús se consideró demasiado bueno en lo espiritual para andar improvisando, la escritura narra que el se pasaba horas de rodillas escuchando lo que tenía que decir a la multitud y mirando los milagros que debía hacer. Dios no es un Dios que le encante la improvisación dice Isaías que, Dios declara el fin de las cosas desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: “Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré. “de manera que saldara como lo, planeo, y antes de anunciarlo ya lo termino, mira que dice, Eclesiastés 3:15” Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.” Esta es la realidad de nuestro Dios, el manejo y practica de esto no solo es una ventaja ministerial y un gozo grande por saber que tenemos un Dios así, si no que también es un consuelo, el saber que tu y yo no somos accidentes ni improvisaciones divinas, si no que somos un plan anunciado, terminado y perfecto siempre y cuando no nos salgamos de su mano y de su propósito siguiendo al pie de la letra las instrucciones de su plan, entonces Dios como el diseñador del plan y también del protagonista del plan debe convertirse y ser nuestro director preferido para dejar de ser improvisadores de propósitos, planes, llamados y predicaciones. Romanos 8:30”0 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
Gózate fuiste planeado , tienes un Dios que no puede improvisar contigo, ni con lo que sucederá en el trayecto de toda tu vida en la tierra, pero y además quiere que en la área espiritual no seas un improvisador has tu parte y Dios cumplirá su parte. Bendiciones familia comparte con alguien y suscríbete para un devocional diario, gracias.